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Aciertos y errores en secuelas y remakes de películas clásicas
26 de Mayo
El pasado 21 de mayo se estrenó la película Top Gun: Maverick, una secuela del clásico de los años 80 igualmente protagonizada por Tom Cruise. La cinta llega 36 años después con el mismo Maverick como instructor de la academia donde se enamoró y sufrió su peor pérdida, la muerte de su mejor amigo Goose, es entonces que el regreso a Top Gun significa para él un reencuentro doloroso con el pasado, sobre todo cuando conoce al hijo de Goose, quien además le guarda un gran rencor.
Si has visto Top Gun de 1986 prepárate a revivir la experiencia de ver aviones haciendo acrobacias y a un Tom Cruise que no pierde el estilo. Eso sí, olvídate de escuchar en ninguna parte de la película el tema Take my breath away de Berlín, la canción icónica de la cinta ochentera, pues esta vez es Lady Gaga la autora del tema principal: Hold my hand.
La crítica de Top Gun: Maverick ha sido buena, se considera que se respetó y enriqueció el personaje de Tom además del mejoramiento de la historia ahora enfocada mucho más en la aventura que en un romance a medias como lo tuvo la uno. Aunque habrá uno que otro ochentero que todavía diga “estuvo mejor la primera”.
El sentimiento de nostalgia siempre ha sido bien aprovechado por la industria del entretenimiento como gancho para producir cintas con base en obras que, por ser clásicas, emanan recuerdos de etapas y experiencias de las personas que crecieron con esas películas. Por ello es que nunca se han dejado de hacer remakes o secuelas, sin embargo, estas no siempre resultan ser los mejores aciertos provocando que los fans deseen haberse quedado con el recuerdo.
Un ejemplo de esto es la película “Brujas”, el remake del filme noventero estrenado en 2020 y protagonizado por Anne Hathaway. El refrito del clásico de terror infantil que iba sobre brujas que odiaban a los niños y los convertían en ratones, fue descrito como un intento fallido que no supo aprovechar el potencial de la historia, además, también se critica la actuación de Anne por considerarla “sobreactuada”.
Sin embargo, también hay remakes que han sido muy necesarios para dar a conocer una historia increíble de manera tan acertada que por mucho supera a la producción original, tal es el caso de Dune que, por si no lo sabías, fue dirigida en 1984 por David Lynch, el famoso director de otras películas como: Blue Velvet, Sueños, misterios y secretos, y The other me, entre otras. Pues en el caso de la película ahora ganadora de 10 premios Óscar, en los ochentas fue un fracaso total.
El resultado de Dune de 1984 se debió a los constantes desacuerdos entre Lynch, y los productores sobre la visión que cada uno tenía de la cinta. Por un lado, el director pretendía plasmar su estilo un tanto experimental mientras que los otros deseaban llegar a un resultado comercial, como el de Star Wars. La situación fue desencadenando tropiezo tras tropiezo durante su producción, pero, sobre todo, el problema principal fue la adaptación de la novela que al ser tan larga y compleja es que David había decidido solamente adaptar la mitad del libro, sin embargo, los productores lo presionaron para que lo hiciera completo. Afortunadamente Denis Villeneuve, el director de la actual versión de Dune, aprendió muy bien la lección y se limitó a contar lo necesario obteniendo un resultado más que satisfactorio.
En fin, se podría escribir un libro entero sobre los aciertos y fallos en adaptaciones y secuelas de películas que nos marcaron en algún momento importante de nuestras vidas. Sin embargo, mentiríamos si dijéramos que no iríamos a ver un refrito de nuestra película favorita de la infancia. Así que esperemos y no dejen de rendirle homenaje a este tipo de cintas.